viernes, 23 de marzo de 2007

Epílogo

Mujer, despierta; el rebato de la razón se hace oír en todo el universo; reconoce tus derechos. El potente imperio de la naturaleza ha dejado de estar rodeado de prejuicios, fanatismo, superstición y mentiras. La antorcha de la verdad ha disipado todas las nubes de la necedad y la usurpación. El hombre esclavo ha redoblado sus fuerzas y ha necesitado apelar a las tuyas para romper sus cadenas. Pero una vez en libertad, ha sido injusto con su compañera. ¡Oh, mujeres! ¡Mujeres! ¿Cuando dejaréis de estar ciegas? ¿Qué ventajas habéis obtenido de la revolución? Un desprecio más marcado, un desdén más visible. [...] Cualesquiera sean los obstáculos que os opongan, podéis superarlos; os basta con desearlo.





Epílogo
de la DECLARACIÓN
DE LOS DERECHOS DE LA MUJER
Y DE LA CIUDADANA
(redactada en 1789 por Olympe de Gouges para
ser decretada por la Asamblea nacional
francesa)

4 comentarios:

Calio dijo...

Mire usted, en 1789 también se soñaba...

que lindas palabras... palabras, sólo palabras.

Besos

mE! dijo...

Adoro leer estas cosas..

Por algo la carrera que elijo, obvio :P


Besos!

LARITEN dijo...

Muy interesante, che. Y es verdad. Siempre sostuve que las mujeres, a pesar de ser más, son una minoría. Pero creo que no son sólo palabras, muchas cosas cambiaron en los derechos, Calíope. Resta que cambie aquella parte del final del manifiesto: algunas chicas que conspiran contra lo que a otras les costó tanto alcanzar.

Terrorista Emocional dijo...

El tema de fondo es que no sean pasivas y no permitan guachadas!!